miércoles, 17 de febrero de 2010

Leyenda......llamémosle urbana

Se escucha un rumor relacionado conmigo, a saber, no soy buena fisonomista y no conozco a la gente que me rodea.
La opinión, es que más que trabajar en la SA que abona mi salario a fin de mes, parece que trabajara en otra SA que se dedica a la venta de mueble de diseño ¿noruego?
¿En que se basan para tener semejante opinión de mi?, en que la mayoría de las veces soy incapaz de poner nombre a las caras y las otras soy incapaz de poner cara a los nombres.
¿Por qué me pasa esto?, normalmente, por que no encuentro interesante al personal como para pararme e interesarme por el, su nombre y su historia, pero bueno ¡me suena de vista!, (término muy amplio que oculta mi desconocimiento de la persona y si la he visto en el curro, en el mercado o simplemente me cruzo con ella todos los días en el metro).
En otras soy muy capaz de interesarme por el personal, tenemos una buena relación, se su nombre, mucho de su vida, pero trabajando en la distancia es muy difícil ponerle cara.
Algún caso se ha dado en el que, después de años de trato, de risas y mucho curro, por fin he conocido a la persona con la que me comunico por teléfono y correo. Son ocasiones (aunque escasas) que resultan muy divertidas, pues ambos aluciflipamos mucho, siempre por que no nos imaginábamos que somos como somos.
Lo que no se puede hacer, repito, NO SE PUEDE HACER, es presentarme a una persona con la que llevo años trabajando en la distancia, traerla a las reuniones que celebramos y así, de repente cambiarla por otra, de veras, lo hacen para joderme.
Esto es lo último que me ha pasado:
Reunión en mi SA con la SA bancaria con la que trabajamos, asisten a ella, la mismas personas que últimamente vienen asistiendo a estos encuentros por parte del la otra SA y alguna mas por parte de mi SA.
La reunión comienza, se habla, se explica, se comenta, yo me dirijo en varias ocasiones a los asistentes por su nombre y hago comentarios sobre cada una de los puntos que me merecen una opinión, por supuesto solicitando la aprobación de (en este caso le llamaremos Miguel), cuando lo necesito.
En determinado momento, me doy cuenta que la persona (a saber mi jefe) que se sienta al lado de Miguel (mi apoyo) esta con un cuaderno en alto con un mensaje:

Yo no pierdo lo nervios, aunque el piense que este muchacho se llama Alvaro, yo estoy segura de que no, de que es Miguel, hasta que decide después de un rato de mostrar el cartel y que todo el mundo lo viera, avisarme de viva voz, de que estoy cometiendo un error, que la persona a la que yo llamo Miguel en realidad se llama Alvaro, y toda la sala (otras siete u ocho personas), asienten, se ríen, Alvaro también (menos mal), incluso me disculpa, el sabe………. Yo cada minuto que pasa tengo la cara mas colorada, no se donde meterme…. En fin, que a lo mejor va a ser verdad y no una mera leyenda urbana.

¿Estas contento?, ahora mismo tengo en mi mente dos caras, la de Miguel y la de Alvaro, ten por seguro que ya no se me olvidan.