sábado, 7 de junio de 2008

7 de Junio....

7 de junio de 1967, venía al mundo una niñita, gordita, sonrosadita y pelona, muy pelona. Su nacimiento no fue un gran acontecimiento, para que vamos a mentir, nada que ver con el nacimiento de los que le precedimos, el mío sin ir más lejos, la primera hija, la primera nieta, la primera sobrina… después nació su hermana y nueva convulsión en la familia, era la primera de su casa, la primera sobrina para otros, mi primita, una niñita guapa como ella sola y con carita de ángel; Pasaron algunos años y de nuevo la vida se abrió camino y nació “otra niña” (lo de nuestra familia está claro, somos un matriarcado) vuelta a la alegría y el alborozo, otra primera niña, morenita, gordita y preciosa y a partir de aquí, no sé qué pasaría en aquellos meses, pero en el plazo de año y medio, la familia aumentó considerablemente, así que cuando nació “la pelona”, pues que queréis, ya estaba todo el pan vendido, éramos ya unas cuantas niñas, por lo que fue una más (la última exactamente), en aquel momento no añorábamos un bebé (teníamos una bebita de 7 meses ) por lo que vino al mundo sin pena ni gloria, aunque todos la recibimos con cariño, por eso de que la sangre siempre tira. Antes de que le diera tiempo a decir aquí estoy yo, nació “un niño” y eso nos marcó mucho, era el primer niño, los padres, los tíos, la abuela y nosotras nos alegramos mucho sí, pero al mes de su nacimiento ya nos percatamos que aquel ser nos había destronado a todas, había llegado “el rey”.

Como era lista como el hambre, la muy tunanta se dio cuenta de la indiferencia que había causado su nacimiento, y la muy ladina desarrolló una táctica para llamar nuestra atención, tenía la sonrisa más bonita del mundo, cuando nos aburríamos y no teníamos otra cosa mejor que hacer nos acercábamos a su cuna a mirarla, sólo por ver que seguía allí, no hacía falta que la dijeras nada, en cuanto te veía asomar sonreía y claro no te quedaba otro remedio que decirle algo, también se dio cuenta que si berreaba con fuerza acudíamos presto, y así entre berreos y maravillosas sonrisas, consiguió que la quisiéramos mucho, mucho, mucho…..
Muchísimas felicidades y que siempre nos puedas ofrecer esa maravillosa sonrisa.