viernes, 26 de diciembre de 2008

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Estas están siendo unas navidades muy extrañas, por culpa de las enfermedades varias y los hospitales.
Desde pequeña, siempre han sido la época del año en la que se reunía la familia (toda), aunque ya llevamos varios años que no podemos reunirnos todos….. cosas de las edad; pero el hecho de que este año no hayamos podido juntarnos con mi hermano, mi cuñada y mi sobrina, ha hecho que el sentido que para mí tienen estas fiestas se vea muy pero que muy reducido, sobre todo cuando tienes un niño de cinco años a tu lado, diciendo que en nochebuena la familia no debe separarse……cosas de Pablo.
En fin, a lo que iba, el sentido de la navidad, he visto por ahí, que mucha gente se queja de que estamos siendo invadidos por las celebraciones anglosajonas, y que cada vez el sentido religioso de la nochebuena se pierde mas y mas, pero cuando se les pregunta por sus tradicionales celebraciones religiosas, a parte de la reunión familiar y la misa del gallo, poco mas tienen que decir…
Pues aquí voy yo a contar una tradición familiar que me ha contado mi madre, absolutamente desconocida por mí y que me ha encantado, hasta tal punto, que quiero ponerla en marcha para la próxima nochebuena:

Cuando mi madre y mis tías eran pequeñas, la celebración de nochebuena en casa de mi abuela Nico, a parte de una cena mas bien magra, con lo poco disponible, consistía en poner la cama de limpio y no acostarse toda la noche, ¿Por qué?, por si el niño no tenía donde nacer y quería hacerlo en la cama de mi abuela, que la encontrara limpia y disponible, Bonito verdad.


Además, si por alguna casualidad, pasaba alguien por el pueblo y no encontraba posada en esa noche, cualquiera de los habitantes del Real al que llamará a su puerta, le ofrecía cobijo por esa noche.
Me parece lo mejor de lo mejor.

2 comentarios:

Pipilota dijo...

Yo tampoco había oído nada de esa celebración. Qué cosas.

Ánimo
Espero y deseo de todo corazón que el año que viene todo esto no sea más que un mal recuerdo

:*

Anónimo dijo...

Yo esa tradición jamás la había oído pero es preciosa aunque supongo que lo de dejar la cama libre también era porque con todos los que había en casa si se acostaban no cabía uno más (hablo de la casa de tía Inés claro)

Pero hay otra tradición que no debemos perder, y es la esperada comida de las primas lejanas que se sienten cercanas... aunque las circunstancias no sean las más propicias.

Como Pipi espero que lo que estáis pasando sea pasajero y que el año que viene lo recordéis como algo anecdótico.

Besitos

Nessi